Sea cual sea el suceso que te haya ocurrido, y por muy doloroso, inusual o complejo que sea existen dos opciones: o te quedas anclado en él (dolor, tristeza, rabia) o lo aceptas y continúas viviendo.
3 técnicas pueden ayudarte a pasar página y a escribir tu próximo capítulo:
Pensamiento positivo. Busca e investiga aquellas cosas que has aprendido sobre lo ocurrido. Realizar este ejercicio de introspección no siempre es fácil, pero sí útil. Por ejemplo: te has espabilado, has conocido a gente nueva, valoras más lo que tenías, descubres lo que quieres y no tienes, eres capaz de definir qué no quieres, confirmas cuáles son los amigos que vale la pena mantener porque han estado siempre a tu lado……
Perdonar. Perdón viene del latín (per donare) y significa “dar por” ,“dar para” o “dejar ir”. Cuando ejercemos el perdón “soltamos” a quien nos ha ofendido o nos ha hecho un mal. El perdón es la renuncia a la indignación y los resentimientos que causan una ofensa o agresión. El acto de perdonar no significa olvidar, ni encontrar excusas para el daño que te hicieron, ni reconciliarte con la persona que te causó el daño. Perdonando se consigue un tipo de paz que te ayuda a continuar con tu vida porque cierras una etapa.
Agradecer. Este sentimiento implica reconocer que una persona te ha hecho un favor. Evidentemente que cuando te ha pasado algo que valoras negativamente no puedes agradecer a nadie ni al universo lo ocurrido. Sin embargo, cuando avances en la gestión de tus emociones e integración del suceso, te darás cuenta que la aceptación aparece cuando perdonas a los demás y a ti mismo/a. El agradecimiento es un paso que va más allá del perdón, que puede darse con un decalaje temporal del perdón y que ayuda en la madurez personal.
Hay que tener en cuenta que poner en práctica estas tres técnicas no es algo fácil. Se requiere un cambio de mentalidad, ejercitarlas y motivación para superarse. El resultado es un refuerzo de la autoestima, unas mejores relaciones con los demás y un avance positivo hacia el futuro.
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