Muchas personas denotan tener un claro miedo a manifestar su opinión, a decir las cosas por su nombre, a enfrentarse a los demás …. Siendo el motivo el evitar discrepancias y conflictos.
Este “Miedo al conflicto” puede venir dado por algún momento vivenciado en el pasado como traumático o por carecer de las habilidades adecuadas para decir lo que les gustaría decir (baja autoestima, poca asertividad…).
Hay que tener en cuenta que al vivir en sociedad vamos a convivir con estos conflictos y discrepancias, porque cada persona puede ver las cosas desde una visión diferente. Esta perspectiva múltiple puede ser enriquecedora al ampliar la comprensión global de lo que estamos tratando, pero por otro lado, puede generar angustia y trastornos psicológicos, cuando coexisten tendencias contradictorias y la persona no sabe cómo gestionarlas.
El miedo es una emoción que se experimenta ante un peligro real, inminente o imaginario, que se vive como amenazante. En sí, es una emoción sana que canaliza la energía y ayuda a prepararte. Sin embargo, cuando, no dices lo que piensas, inventas historias, sólo quieres agradar a los demás y dejas de ser tú mismo, ya no eres dueño de tu vida.
Pedir ayuda para enfrentarte al “miedo al conflicto”, es una manera de superar el miedo. Cuando lo consigues dejas de esconder la cabeza como una avestruz, vuelves a recuperar la sensación de control y de ser tú mismo; y ello implica un paso más hacia la felicidad.
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