6 Recursos fáciles para mejorar tu bienestar
- Marisol Ramoneda

- 31 ago
- 2 Min. de lectura
La práctica de ciertos hábitos o rutinas que están a nuestro alcance pueden tener una repercusión muy positiva en nuestro bienestar emocional.
La sensación de felicidad depende de muchos factores: genética, personalidad, contexto, actitud…; sin embargo, podemos incrementar nuestra percepción de bienestar a través de la bioquímica, y de forma más concreta, gracias a la “Hormona de la felicidad”.

“El cuarteto de la felicidad” está compuesto por 4 neurotransmisores (serotonina, endorfina, oxitocina y dopamina) que se liberan cuando experimentamos emociones positivas, como el amor, el placer, la satisfacción o tenemos un propósito en la vida. La cuestión sería conocer qué hábitos podemos introducir o potenciar en nuestras vidas que estimulen la producción de estas hormonas.
Te propongo 6 acciones cuya evidencia científica indica que afectan a nuestro humor y bienestar de forma positiva:
Dedica tiempo a conocerte. Saber quiénes somos (aspectos positivos y negativos) ayuda a entendernos, a comprender qué nos pasa, a reconocer las emociones asociadas y a gestionarlas. Por otro lado, si nos conocemos bien nos será mucho más fácil contactar con los demás y empatizar con ellos.
Háblate bien a ti mismo/a. Trátate igual de bien (1ª persona) que a los demás (2º y 3ª persona). Si te criticas, te exiges mucho o estás a la defensiva, te centrarás de forma negativa en ti mismo más que en lo que ocurre a tu alrededor. Utiliza un diálogo interno positivo y amable que aumente la confianza en ti mismo/a. Recuerda que eres tu mejor amigo/a.
Contacta con la naturaleza. La vida al aire libre tiene un efecto terapéutico al mejorar la salud de las personas. Algunos beneficios serían el recargar energía, la reducción del estrés, mejora de la concentración, incremento de la creatividad, mejora del sistema inmunitario, mejora de la absorción de vitamina D…
Practica ejercicio físico. La actividad física aumenta el nivel de energía, ayuda a controlar el estrés y la tensión, reduce el colesterol, fomenta una actitud más positiva ante la vida, ayuda a conciliar el sueño y mejora la calidad del mismo.
Relacionarte con los demás. Las relaciones sociales permiten aumentar la sensación de que uno forma parte de un grupo (la vida tiene sentido y una finalidad), mejora la confianza en uno mismo y la autoestima. El poder contar con los demás permite que nos apoyemos en los altibajos o reveses de la vida. El contacto con el otro que se produce al dar y recibir abrazos permite que produzcamos oxitocina, que, como hemos comentado, es una de las hormonas vinculadas con la felicidad.
Ten un propósito en tu vida. Tener una misión, algo que te impulse a vivir cada día, ayuda a centrarte y a encontrar una razón para tus acciones. Teniendo un propósito sientes que el trabajo que haces le importa a alguien. La felicidad está vinculada a sentirte parte de una comunidad y también lo está el propósito.
Estos 6 recursos los puedes poner en práctica fácilmente, por lo que, el ser más o menos feliz depende en gran medida de ti.

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